25 jul 2009

El mundo en un cerco

Las tierras de nuestro querido mundo han caído hoy bajo las garras del latifundismo, que amenaza con privar a los nobles aventureros de miles de hectáreas de bosques y montes, a veces, sin más motivo que solo para tener la "posesión" en papeles de dichas tierras.






Kilómetros y kilómetros de fríos cercados indican al caminante sorprendido que el terreno que este delimita es privado, y por ende no se le permite ingresar al mismo para jugar. "¡Que macana!", pensarán en lo cierto. Esos bosques que a uno lo llaman a gritos para que los vayan a visitar, recuerdan de momentos a la triste Julieta, recluida en su hogar, despojada de su amado Romeo que la busca para salir a jugar a la pelota.



Vean a esta pobre acacia, encerrada entre alambres de púas que le encarnan su dolor en oxido. Dentro hay una casa. Está bien, es un terreno privado, el hogar de algún paisano o el refugio vacacional de algún gordo burgués. De cualquier forma, cada uno tiene derecho a tener un terreno de su propiedad según nuestra ley vigente. Pero también tenemos derecho para opinar y pensar.

Si se me permite, me gustaría decir que todo es muy dificil. Se puede decir que la tierra es para quien la trabaja, o también que cada cual puede comprar su derecho sobre una porción de tierra para hacer con ella lo que le plazca. Pero también se podría lograr una combinación de ambas premisas para lograr una gestión de las tierras un poco más justa para todos los seres humanos(mil humanos).

Los siguientes cosos tienen información copetuda:
Coso uno

coso dois

coso namber tri


Y si no te importa un pedo ir por el campo y no poder cruzar el monte porque una cerca te lo impide, pensá que feo sería que te cerquen el culo.

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