
Como todo ser humano, el noble capitán también sufre ante las flaquezas de la carne. Las largas noches de soledad en alta mar lo han llevado directamente a las garras del alcohol, eterno compañero de las almas en pena. Pero la suerte quizo que hoy, el capitán se encuentre en proceso de purificación y reflexión, a la vera de abandonar su vicio.
Nos deja entonces, el capitan Braulio una reflexión que tuvo hace un tiempo mientras pensaba en su alcoholismo:
<< .ɐɯs!ɯ ɐp!qәq ɐ| әp ɐʇsәƃu! ɐ| ɹod ɐpɐs|ndɯ! |ɐɹәuәƃ o| ɹod '|ɐnsɐɔ ɐs!ɹ ɐɹʇo әnb ɐunƃ|ɐ ʎ 'ɐzәqɐɔ әp ɹo|op әʇɹәnɟ un uә әnb sáɯ 'ouәnq ɐpɐu uә ɹɐʇ|nsәɹ әpәnd ou әnb әp uó!ɔn|ɔuoɔ ɐ| ɐ soɯɐƃә|| әnb әnɟ !sɐ ʎ .oɯnsuoɔ ns әp sәpɐp!|!ʇn sә|q!sod sɐ| әp ɐɔɹәɔɐ 'ou!ʌ |ә oƃ!ɯɐ uәnq !ɯ uoɔ opuә!ʇnɔs!p oʎ ɐqɐɹʇuoɔuә әɯ sәʌ ɐɹʇo ɐ|>>
Le hace mal la abstinencia.